La Comuna
Estaría en Saavedra la pista clave del crimen del adolescente enterrado en Coghlan hace 41 años
Un testimonio recibido en la fiscalía menciona que la víctima cursaba con el hijo de los propietarios de Congreso 3742, lugar donde se hallaron los restos el 20 de mayo de este año.

La Justicia identificó el cuerpo de Diego “Gaita” Fernández Lima, un joven de 16 años estudiante de Saavedra cuyo cuerpo estuvo 41 años enterrado en el chalet de Congreso 3742, en Coghlan, al lado de la casa de Congreso 3748 que habitó el músico Gustavo Cerati durante algunos años. La familia continúa con su reclamo de Justicia y la fiscalía investiga una pista que vincula a la víctima con un compañero con el que cursaba en la Escuela Técnica N° 36 del actual Polo Educativo Saavedra quien vivía en el terreno donde se hallaron los restos, según el Ministerio Público Fiscal de la Nación.
Javier Fernández Lima, hermano del adolescente, habló esta semana en nombre de la familia: “Estamos mal. No entendemos nada”. “Se fue de casa comiendo una mandarina. Le dijo a mi mamá que se iba a la casa de tal”, recordó sobre la jornada del 26 de julio de 1984, cuando vieron al joven por última vez.
“Necesito Justicia por mi hermano. Por mi papá, que se murió buscándolo. Por mi mamá, por mi hermana, y por mí”, expresó Javier, que tenía 10 años cuando Diego fue visto por última vez.
Contó que su padre murió en 1991 durante un accidente de tránsito en la esquina de Galván y Congreso.
La madre sigue viva, hoy tiene 87 años. Se le tomó una muestra genética para compararla con los restos. El resultado positivo se le comunicó rodeada de su familia.
El 20 de mayo de este año durante una obra en la manzana de Coghlan un grupo de operarios halló en el jardín del chalet de Congreso 3742 los restos de Diego. “Los restos del estudiante secundario fueron hallados cuando se produjo un desplazamiento de tierra desde el jardín de la propiedad señalada a la obra lindera de Congreso 3748”, repasó el Ministerio Público Fiscal de la Nación.
Allí dio inicio a la investigación a cargo de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°61, cuyo titular es el fiscal Martín López Perrando.
El fiscal encomendó que el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) analice los restos: “Los especialistas determinaron que el adolescente fue asesinado de una puñalada en el tórax que dejó una marca en su cuarta costilla derecha. También que, tras el crimen, intentaron desmembrarlo con una herramienta similar a un serrucho, aunque no pudieron. Tras ello, lo enterraron en una improvisada fosa a 60 centímetros de profundidad en el jardín de la casa”.
En Congreso 3748 vivió a comienzos de los años 2000 el músico Gustavo Cerati entre 2002 y 2003. Había sido propiedad de la artista Marina Olmi -hermana del actor Boy Olmi-. Por eso el aso tuvo tanta repercusión.
El terreno de Congreso 3742 pertenece a una familia de apellido Graf desde al menos la década de 1970. Allí vivió desde entonces una mujer hoy mayor, madre de dos hijos. La hija hace tiempo se mudó al sur y el hijo, sigue viviendo en el barrio.
Diego estudiaba en la entonces Escuela Nacional de Educación Técnica N° 36, actual ET N°36 DE 15 Almirante Guillermo Brown del actual Polo Educativo de Saavedra.
Según denunció a la fiscalía esta semana un excompañero de Diego, este era compañero de el hijo de la propietaria de Congreso 3742. Este muchacho tenía el apodo “El Jirafa”. Según trascendidos, ambos tenían gusto por las motos.
El Ministerio Público Fiscal del a Nación señaló que en la fiscalía se recibió un testimonio que repasó esta línea: “Los propietarios de la casa de avenida Congreso 3742 tenían un hijo -hoy de 56 años- y que era compañero de la víctima en el mismo curso de la Escuela Nacional de Educación Técnica (ENET) N°36, ubicada en la calle Galván 3710, en el barrio porteño de Saavedra. Según la fiscalía, este dato había pasado desapercibido para los familiares de Fernández Lima, ya que este compañero no era de su círculo cercano de amistades del colegio ni del club Excursionistas, donde el adolescente jugaba al fútbol (en Excursionistas)”.
En la actualidad los familiares que habitan Congreso 3742 se niegan a hablar con la prensa sobre lo ocurrido y sobre la investigación en proceso.
Un comunicado del Ministerio Público Fiscal de la Nación emitido esta semana tras la identificación de los restos repasa: “Los restos del estudiante secundario fueron hallados cuando se produjo un desplazamiento de tierra desde el jardín de la propiedad señalada a la obra lindera de Congreso 3748. Junto a ellos, se encontraron una moneda japonesa, un reloj con calculadora Casio -fabricado en Japón en 1982-, un llavero flotante naranja con una llave, una ficha de casino, la hebilla de un cinturón, la suela de un mocasín talle 41 y una corbata tejida de uniforme colegial. Todos estos elementos ya habían dado una serie de pistas que permitían inferir que se trataba de alguien joven y a fijar en la década del ’80 la fecha en la que se habría producido el crimen”.
“Fernández Lima era buscado desde el 24 de julio de 1984 y la casa donde estaba enterrado es propiedad, desde la década del ’70, de una misma familia, entre quienes hay un excompañero de colegio de la víctima. Desde el inicio de la investigación, el fiscal López Perrando le dio intervención al Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF). Los especialistas determinaron que el adolescente fue asesinado de una puñalada en el tórax que dejó una marca en su cuarta costilla derecha. También que, tras el crimen, intentaron desmembrarlo con una herramienta similar a un serrucho, aunque no pudieron. Tras ello, lo enterraron en una improvisada fosa a 60 centímetros de profundidad en el jardín de la casa”, se agregó.
“La difusión mediática que fue surgiendo del caso llamó la atención de un sobrino de la víctima que sospechó que el NN enterrado en Coghlan podía ser su tío desaparecido hace 41 años. Así, sus familiares se presentaron ante la fiscalía y se obtuvo una muestra genética de la madre de Diego -que hoy tiene 87 años- y que, al ser cotejada con sus restos, dio positivo y permitió su certera identificación”, se repasó.
El comunicado agrega: “Desde el hallazgo de los restos, López Perrando trabajó sobre diversas pistas e hipótesis, pero recién ayer (hablan del 6 de agosto), cuando se difundió públicamente la identidad de Fernández Lima, varias personas se contactaron con la fiscalía para brindar información sobre el caso. Una de ellas señaló que los propietarios de la casa de avenida Congreso 3742 tenían un hijo -hoy de 56 años- y que era compañero de la víctima en el mismo curso de la Escuela Nacional de Educación Técnica (ENET) N°36, ubicada en la calle Galván 3710, en el barrio porteño de Saavedra. Según la fiscalía, este dato había pasado desapercibido para los familiares de Fernández Lima, ya que este compañero no era de su círculo cercano de amistades del colegio ni del club Excursionistas, donde el adolescente jugaba al futbol”.
Sobre la búsqueda: “De acuerdo a lo reconstruido por la fiscalía en función del testimonio de los familiares, aquel 24 de julio de 1984, Diego Fernández Lima volvió del colegio y almorzó con su madre. Luego le dijo que iba a encontrarse con un amigo y le pidió dinero para el colectivo.
Un conocido cruzó a Diego en la esquina de Rómulo Naón y Monroe, en Villa Urquiza y lo saludo. Fue la última vez que alguien lo vio.
Alrededor de las 20.30, como el joven no volvía, sus padres fueron a la entonces comisaría 39 de la Policía Federal a reportar su desaparición, pero allí el caso quedó asentado como una presunta “fuga de hogar”.
Así, comenzó una búsqueda con panfletos pegados en el barrio, al tiempo que trataron de visibilizar su desaparición en los medios de comunicación. Su padre, dio una entrevista por el caso, en 1986, y murió sin saber el destino de su hijo. Por su parte, la madre del joven y sus hermanos, aún lo buscaban.
Si bien por el paso de los años, la acción penal está prescripta, desde la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°12 procuran avanzar con la investigación para reconstruir los hechos y cumplir con la tarea de poder brindarle a la familia de la víctima la verdad sobre lo sucedido.
