El Barrio
Ratas, olores, electricidad deficiente, peligro edilicio: la obra clausurada de Miller y Vilela pone en riesgo a los vecinos
Está paralizada desde noviembre, cuando cayó un elemento que hirió a una niña. El arquitecto no tenía matrícula vigente. La Policía custodia el lugar.

“Seguimos en peligro”, dice a Saavedra Online la vecina Cristina y apunta contra la construcción de la torre de Miller 4131, clausurada hace meses tras un incidente que involucró a una menor de edad. En el lugar hay vigilancia policial permanente para impedir que alguien ingrese al fallido inmueble.
Alrededor de esta mole de cemento abandonada hay tres casas, que sufrían y sufren las consecuencias de trabajos que, a simple vista, fueron hechos sin resguardo ni medidas de seguridad eficientes.
“Los propietarios en septiembre del año pasado hicimos la denuncia en la Fiscalía N° 8 y en la Comuna 12, pero los dueños de la obra nunca se presentaron ni se hicieron cargo de los daños”, agrega la vecina, una de las damnificadas por la situación.
Sin embargo, todo cambió en noviembre del año pasado: “Se cayó una varilla de acero de varios metros y lastimó a una chiquita que vive en una de las propiedades. Hoy ella está bien, pero pudo ser una tragedia. Por eso, se clausuró la obra hasta el día de la fecha, pero hay olores, ratas, obras eléctricas precarias. El juzgado no interviene y está todo en un limbo”, asegura.
Para los vecinos la pesadilla continúa: “La vereda está hasta la mitad, con un cerramiento de madera y con un tablero de electricidad trifásica de obra colgando. Es un peligro para cualquiera que pase”.
Tras la clausura, llegó el momento de corroborar en forma oficial los padecimientos diarios de los vecinos: “Cuando se clausuró la obra se hizo una reconstrucción con peritos y ahí encontraron muchas irregularidades. Entre ellas, se corroboró que el arquitecto tenía la matricula suspendida desde agosto de 2018”.
Otro de los aspectos es que se confirmó el reclamo de los propietarios alrededor de la obra: “Quedó expuesto que había seguridad precaria hacia nuestras casas. Había aberturas que permitían que cualquiera pueda ingresar a nuestras casas por los techos”. También Cristina menciona que la suciedad y la humedad que afecta a las viviendas linderas.
La situación es grave, ya que “vinieron más de 10 veces a hacer inspecciones desde el Gobierno porteño”: “Nos dijeron que hay peligro, pero si el Juzgado que interviene no autoriza medidas efectivas, desde la administración de la Ciudad no pueden hacer nada”.
Es por esto que Cristina, junto a sus vecinos, lamenta: “Seguimos en peligro y no sabemos qué va a pasar porque ya son varios meses los que vivimos en estas condiciones”.
