La Comuna
Un plato de comida caliente, un acercamiento humano en medio de la pandemia
En el local del gremio SUTERH de Zapiola 2933 los martes y viernes desde las 19.30 hay una olla popular. Entrega alimento a la gente en el lugar y varios voluntarios recorren la zona entregando el plato del día.

En medio de la pandemia, el aislamiento, la distancia, un plato de comida caliente al anochecer se convierte en uno de los mayores gestos de cercanía humana. Ante un momento tan particular, un grupo de vecinos decidió responder con solidaridad y compromiso. En Zapiola 2933, los martes y viernes desde las 19.30 ciudadanos y trabajadores afiliados al Sindicato Único de Trabajadores de Edificios de Renta Horizontal (SUTERH) llevan adelante una olla popular destinada a personas en situación vulnerable de Saavedra, Coghlan, Nuñez y Belgrano.
Este medio estuvo presente uno de los martes de olla y habló con Juan Carlos, uno de los impulsores del proyecto solidario. Nos cuenta que, desde el comienzo, han servido viandas para más de 1.300 personas. Fue hace apenas unas semanas con el apuro de dar una respuesta concreta ante las carencias sociales y económicas que había producto del aislamiento. “Fue todo aprender sobre la marcha, hoy nos organizamos para recolectar donaciones, preparar la comida, cocinarla, recibir a la gente que viene y salir a recorrer las calles a entregar viandas”, asegura.
“Preparamos guiso, también armamos raciones con facturas, bizcochos, pan. Damos una cantidad importante a cada uno que viene”, cuenta Juan Carlos y nos muestra una mesa llena de ropa limpia, planchada y doblada, junto a varios pares de zapatillas y zapatos. “A nosotros nos dicen que tienen estas prendas, vamos y las buscamos. Luego las preparamos para darle a la gente que necesita. Por ejemplo, una nena necesitaba una mochila y nos donaron una, la limpiamos y adentro le pusimos abrigo”, sostiene y resalta lo importante de hacer un gesto sincero y no mera caridad. “Por eso la comida tiene que estar rica, la ropa limpia, el trato cercano con la gente”.
Zapiola 2933 es un local político del Sindicato Único de Trabajadores de Edificios de Renta Horizontal (SUTERH), con más de 30 años en la zona. “Al estar cerrado y sin actividades por la pandemia, lo utilizamos para la olla”, cuenta Juan Carlos.
Desde las 19.30 entregan las primevas viandas, con el guiso recién terminado, en una olla enorme cuidada por varias voluntarias y trabajadoras.
También se prepara otra olla con guiso destinado a viandas que se reparten en la calle. En cada jornada preparan entre 30 y 35 viandas. “Los voluntarios van por Cabildo y Congreso y llegan hasta Cabildo y Lacroze, van por calles internas y ya a esta altura hay mucha gente en situación de calle que sabe de la olla y permanece en la misma esquina para recibir su vianda. La idea es caminar hasta que se repartan todas las viandas. Hay días que llegamos más lejos. En los recorridos los voluntarios pasan por la Redonda (la iglesia Inmaculada Concepción de Belgrano, en Vuelta de Obligado 2040, en el Eje Cívico del barrio)”.
“Vemos la situación, la necesidad de la gente. Acá en esta zona hay muchos hoteles familiares, mucha gente que vivía al día. Son laburantes y no están trabajando por la pandemia, no generan ingresos y tienen que comer. Acá buscamos darles un plato caliente para que lleven al hogar”, señala Juan Carlos.
También está la gente sin techo. “Es una situación más delicada todavía. Hacen a veces cola en la puerta del local un rato antes de que terminemos de preparar la comida. Les damos la vianda, algo para tomar, algo para después. Nos cuentan que duermen acá y allá, a la intemperie ahora que vienen los días de frío, en cajeros o donde puedan. Algunos nos preguntan cómo hacer trámites. Uno por ejemplo nos consultó sobre cómo hacer el DNI estando en situación de calle porque varias veces tuvo problemas con la policía. Es un drama lo que se vive”, suma.
Esta olla articula con un conjunto de vecinos e instituciones que aunaron fuerzas durante la pandemia, bajo el nombre Todos por Saavedra. “Es una gran experiencia donde nos pasamos saberes sobre cómo llevar adelante una olla popular y también sobre la situación en el territorio. De alguna forma, entre instituciones intentamos ir cubriendo las cuadras y que ninguna persona se quede sin un plato caliente de comida, sin una ayuda en medio de toda esta situación”, concluye Juan Carlos.
Fuente: Revista La Unión
