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El Barrio

Nuevo proyecto de Ley para que el Parque Saavedra sea un Área de Protección Histórica

Es una propuesta impulsada por vecinos, quienes se opusieron a la construcción de un reservorio con forma de laguna artificial dentro del pulmón verde.

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Por impulso de vecinos, la legisladora porteña Alejandrina Barry (Frente de Izquierda) presentó esta semana un nuevo proyecto de Ley para que el Parque Saavedra sea considerado un Área de Protección Histórica (APH), denominación dentro del Código Urbanístico que brinda “disposiciones específicas de protección ambiental”.

Como había informado Saavedra Online, el año pasado ingresó otro proyecto de Ley similar elaborado por la misma representante capitalina.

Detrás de este reclamo están parte de los ciudadanos y fuerzas vivas del barrio que se opusieron a la construcción de un reservorio en forma de laguna artificial dentro del Parque Saavedra y que peticionaron ante el Banco Mundial para que no financie el proyecto, tal como terminó ocurriendo el año pasado.

“Queremos que más legisladores y legisladoras se sumen y apoyen este proyecto”, dijo a Saavedra Online el vecino Pablo Iglesias, quien junto a Hugo Campos (Presidente de la Junta de Estudios Históricos de Saavedra y Núñez) y Graciela Corleto elaboraron los fundamentos del proyecto de Ley ingresado esta semana, el cual tiene la adhesión de Gabriel Solano y Mercedes de Mendieta, también del FIT.

Por otra parte, este mismo reclamo forma parte de una nota que distintas instituciones de Saavedra entregaron esta semana a autoridades de la Comuna 12 y del Poder Ejecutivo porteño.

En el presente, hay decenas de APH en CABA por su relevancia ambiental y patrimonial. El Casco Histórico, Mercado de Abasto, Parque Lezama, Plaza Arenales son algunos ejemplos.

De este modo, la defensa del proyecto ingresado esta semana afirma: “El colectivo de vecinos/as solicita que se afecte al Parque Saavedra cómo Área de Protección Histórica. Asimismo reclaman se destinen los u$s300 millones, aún no utilizados y que provienen de un organismo de crédito internacional, para concluir las obras del aliviador Holmberg, comenzar la del aliviador Larralde / Republiquetas y dar inicio a la obra comúnmente denominada Reservorio 2 de Parque Sarmiento, que fuera anunciada por el subsecretario de transporte y obras públicas Marcelo Palacio en la reunión de la Comisión de Relaciones Interjurisdiccionales de la Legislatura de CABA, el 26 de abril de 2021. Cabe destacar que ese lugar, en el Parque Sarmiento, actualmente, se encuentra entregado en concesión al Belgrano Athletic Club”.

Reseña histórica del Parque Saavedra que forma parte del proyecto de Ley:

En 1872, Florencio Emeterio Núñez (1834-1900) vende su casa de la actual calle Sarmiento 1251 (casa que luego es adquirida por Domingo Faustino Sarmiento y es actualmente la sede de la Casa de la Provincia de San Juan) y decide instalarse en Belgrano. Hombre de fortuna y tenaz empresario, Núñez adquiere cincuenta y cinco hectáreas en el cuartel V del partido de Belgrano y conforma con José María Mascías, Antonio Etchegaray, Juan Montes y Joaquín Pedro de Rocha, la Sociedad Núñez y Compañía con el propósito de fundar allí un pueblo que se llamará Saavedra. La empresa Núñez y Compañía le encarga al ingeniero Laurentino Sienra Carranza y al arquitecto Juan Antonio Buschiazzo el diseño del futuro pueblo y su primitiva urbanización. Paralelamente, por gestiones de Núñez ante la gerencia del Ferrocarril del Norte y con la donación que realiza de los terrenos necesarios para su construcción, el ferrocarril decide habilitar la estación Núñez, como parada intermedia entre las de Belgrano (1862) y Rivadavia (1863). (Piñeiro, Alberto; inédito)

El 27 de abril de 1873 Don Florencio Emeterio Núñez arriba a la estación de ferrocarril que luego llevaría su nombre en un tren especialmente dispuesto para la ocasión. Desde allí se dirige con una fanfarria de músicos y vecinos por la calle Del Ferrocarril (actual Tamborini) hasta Arcos donde tomaron Republiquetas (actual Crisólogo Larralde) hasta la actual Av. Parque García del Río. Por ésta siguieron hasta el Paseo del Lago (actual Parque “Brig. Gral. Cornelio de Saavedra”) ingresando por el puente levadizo ubicado en la intersección de la calle Pinto y la Av. Parque García del Río, donde se procedió a la lectura y posterior firma del Acta de Fundación del Barrio de Saavedra. Es importante destacar que el barrio lleva ese nombre a causa de la cercanía del casco de la estancia de su sobrino Luis María Saavedra y como homenaje al 1° Presidente del Gobierno Patrio; también fue un momento único ya que Saavedra es el único barrio de la ciudad, y casi con seguridad del mundo, que posee acta de fundación. Su original se conserva en el Museo Histórico de Buenos Aires “Cornelio de Saavedra”, y en ella se lee: “En el partido de Belgrano a los veintisiete días del mes de Abril de mil ochocientos setenta y tres, habiendo resuelto los señores Núñez, Rocha, Etchegaray, Macías y Montes hacer bendecir y dar el nombre de “SAAVEDRA” (uno de los próceres de la Independencia) al nuevo pueblo que están formando al extremo Norte de este Municipio, que contiene en su centro un gran parque, con lagos e islotes circundado todo de un canal de 30 cuadras de circunvalación y en cuyas aguas flotaba una góndola, siendo Padrino del aquel acto el Excmo. Señor Gobernador de la Provincia don Mariano Acosta tuvo lugar el día de hoy en el sitio preparado al efecto…”.

Finalizada la emotiva ceremonia la empresa Bullrich dio inicio al remate de los primeros lotes del barrio. En ese momento también se realizaron paseos en góndolas que salían desde el parque y llegaban hasta la actual Av. Cabildo.

Reseña el diario El Nacional del 28 de abril con el título de “Fiesta Campestre”: “Tuvo lugar ayer el paseo preparado por los señores Núñez. Asistió un inmenso gentío. Había cerca de 2500 personas. Se inauguró la Estación. Enseguida los invitados se trasladaron al lago. Allí se efectuó otra ceremonia. Un sacerdote bendijo una preciosa góndola. Una banda de música tocó el Himno Nacional. La góndola fue echada al agua por dos marineros. Dos mil personas estaban agrupadas alrededor del lago. Terminada esta ceremonia la gente regresó a los edificios próximos a la Estación. Allí había preparado un abundante lunch. El champagne corrió en grande. Antes de terminar la fiesta, y a pedido de los presentes, hicieron uso de la palabra los señores doctores José Francisco López y Luís V. Varela. Fueron muy aplaudidos. El tren regresó a Buenos Aires con todos los presentes a las tres de la tarde”.

El segundo remate se realiza el sábado 1º de noviembre, y anuncia que Saavedra es “el único paseo que posee Buenos Aires” (El Nacional, 29-10-1873) aunque por entonces el pueblo de Saavedra era parte del municipio de Belgrano, municipio que se federalizó y se integró a Buenos Aires en 1887. A pesar de esto, conviene destacar que, como dice el anuncio, el paseo del Lago (hoy parque Saavedra), es el decano de los parques públicos de la ciudad de Buenos Aires, ya que, aunque de propiedad particular, es anterior al parque 3 de Febrero, que se inaugurará el 11 de septiembre de 1875, es decir dos años más tarde.

Sin embargo, la iniciativa fundacional de Núñez se vio entorpecida por la seria crisis económica cuyos primeros síntomas se perciben en marzo y se agravan en septiembre de 1873. Un testimonio de época señala que en junio se habían paralizado totalmente las transacciones inmobiliarias, las que hasta poco antes habían hecho furor. Como consecuencia, la tierra y las propiedades urbanas eran invendibles por falta de compradores (Chiaramonte, José Carlos, 1986: 106-107). Por ello la empresa Núñez y Compañía estuvo lejos de ser exitosa, y se disolvió. Tras diversas peripecias las tierras del Paso del Lago terminaron finalmente en poder del Banco Hipotecario que había financiado esas operaciones inmobiliarias.

Superada la crisis, la población de Saavedra se incrementa visiblemente a partir de 1881, luego que el Banco de la Provincia de Buenos Aires rematara 1424 lotes que habían pertenecido a Juan Montes y José María Mascías, dos de los socios de la Sociedad Núñez y Compañía, apartados de la misma en marzo de 1874. Florencio E. Núñez construye su casa en Cabildo 3624-54, donde dejará de existir el 30 de marzo de 1900 a las tres y media de la tarde, de gangrena senil según certifica el médico Florentino N. Loza en su partida de defunción.

En 1889 el Ministerio de Relaciones Exteriores proyecta levantar en el predio un Hotel de Inmigrantes, ya que sus propietarios de entonces, los doctores Juan B. Gil y José María Astigueta, le ofrecen en venta al Poder Ejecutivo los terrenos del parque Saavedra. El parque, según se decía, ofrecía un espacio apropiado con la existencia de treinta y cinco mil árboles, eucaliptos y acacias, principalmente. La idea era canalizar el arroyo Medrano para permitir el ingreso de buques de hasta catorce pies de calado; los que podrían acercarse casi hasta el parque permitiendo que los inmigrantes pasaran directamente de los barcos al hotel (Malaponte, Miguel Amelio, 1983-1984).

Sin embargo, una nueva crisis económica irrumpirá en escena ante la certeza de que los préstamos realizados a diversos países serían de difícil devolución. Entre esos países, naturalmente estaba la Argentina, que los había solicitado para realizar obras públicas de salubridad, respondiendo tardíamente a la grave epidemia de fiebre amarilla que había azotado a la ciudad en 1871. Así es como en 1890 estalla una formidable crisis que alcanza carácter internacional, y que algunos consideran iniciada en la Argentina a raíz de las faraónicas inversiones con créditos externos, que se realizaron en los años previos, fundamentalmente para el tendido de líneas férreas. En 1891 la situación es aún peor. En abril, una corrida de pequeños inversores llevó a la cesación de pagos del Banco de la Provincia de Buenos Aires y la liquidación del Banco Nacional. Para Saavedra la crisis tiene una repercusión importante ya que se abandona por impracticable “económicamente” el proyecto de instalar aquí el Hotel de Inmigrantes

Poco después el parque Saavedra se vuelve a abrir al público con su “lago artificial con botes para paseo, calesitas y caballitos automáticos para niños” (La Prensa, 20-1-1891). No obstante, al tiempo sus propietarios pierden el parque por la deuda que habían contraído con el Banco Hipotecario Nacional (Malaponte, Miguel Amelio, 1983-1984). Como consecuencia, en abril de 1893, el banco arrienda a la intendencia municipal toda la extensión denominada “Lago de Saavedra”. Carlos Thays, director de Paseos, firma el acta de traspaso y se encarga del arreglo del mismo. Finalmente, el 11 de febrero de 1908 el Concejo Deliberante aprueba su compra por parte de la Municipalidad de Buenos Aires, a través de la gestión del intendente Manuel J. Güiraldes en la suma de $ 203.500.

En 1912, una de las tan temidas inundaciones provocadas por el arroyo Medrano lo deteriora en forma irreparable. La necesidad de su reconstrucción hace que en 1913 la Municipalidad encargue esa tarea a don Clemente Onelli, el artífice del zoológico de Buenos Aires. Nace así un nuevo y hermoso parque con dos entradas, la principal sobre la calle Pinto y una lateral a la altura de Melián, que se inaugura el 6 de julio de ese año. Onelli le incorpora también un molino holandés que dentro de su estructura oculta el tanque de agua que se utiliza para el riego del predio. Siete meses más tarde se habilita una pileta de natación para niños. Vale destacar que la estructura principal del molino aún se conserva en pie y se halla dentro del predio de la ex asociación scout “San Jorge” y actual centro de jubilados “Seguimos andando” con entrada sobre Vilela 3340. Es en 1913 cuando se instaura el busto del “Brig. Gral. Cornelio de Saavedra” con una pareja de leones de hierro fundido como custodia. Lamentablemente el león fue robado y la leona fue encontrada y rescatada por “Monumentos y Obras de Arte” de la vieja Municipalidad de Buenos Aires. Actualmente hay réplicas de los felinos.

Edmundo Rivero lo recuerda: “tenía un foso en derredor y un puente levadizo. Al caer la tarde, el puente se izaba, dejando al parque aislado del barrio. Por si fuese poco había también una especie de castillo con su torre, falsamente medieval. Era la escenografía perfecta para revivir historias leídas en Dumas o Salgari, lecturas disponibles allí mismito, en el propio parque. Porque nuestra ciudad fue, alguna vez, capaz de pensar sus parques más alejados con lugares para la música y para la lectura. En ese de Saavedra había una muy buena biblioteca municipal, donde yo, como la mayor parte de mis compañeros, pude conocer a D’Artagnan y a Sandokan, asombrarme ante las anticipaciones de Verne, que nos parecían imposibles y, en caso de audacia mayor –como yo llegué a tener – aventurarme en otras magias superiores como la Divina Comedia”. (Rivero, Edmundo, 1982: 27).

Escribe Miguel Amelio Malaponte (1986: 76-83) que el arroyo Medrano “corría mansamente formando remansos o lagunas (…) El caudal de sus aguas aumentaba notoriamente después de las lluvias y allá por los primeros años de las décadas del 1920 al 30 no eran tan turbias y en el verano invitaban al baño. Los muchachos se daban en ellas soberbios chapuzones en la época del estío. Claro que estas lagunas tenían sus trampas en forma de pozos y fondos fangosos en los que se hundían peligrosamente los pies de los audaces bañistas (…) Las lagunas que se formaban en el interior del parque eran no sólo más amplias sino que también había algunas islitas (…) El ingreso al paseo era imponente; parecía la entrada a un castillo. El puente levadizo se hallaba sobre la unión de los dos zanjones que bordeaban todo el parque y allí estaban las compuertas que servían para que se llenara el lago que había dentro del parque. (…) La mitad anterior del parque era un jardín con canteros de flores muy cuidados, piletas, pistas de patinaje. La mitad posterior era en cambio un hermoso bosque de eucaliptos, acacias y otros árboles, en gran cantidad. Allí se podía jugar a la pelota o pasar la tarde con la familia haciendo pic-nic. A determinada hora, tocaba una campanita anunciando que el parque se cerraba a la media hora”.

Los primeros años de la década del treinta no son buenos. Un artículo periodístico señala una nueva y al parecer cíclica etapa de deterioro: “En un barrio lejano de la ciudad, donde el progreso se debe principalmente a la acción de los vecinos, porque, como es natural, se adelantaron a la acción municipal, existe uno de nuestros mejores parques. Pero esto, que parece una compensación, no lo es del todo, porque ese parque no sólo está en pleno abandono sino que por la noche permanece cerrado. De esta manera los moradores del contorno se ven privados del placer de pasearse por él durante las cálidas noches estivales (…) El parque Saavedra, al cual nos referimos, con su arroyo interior y los dos brazos del mismo que lo rodean a manera de foso, su gran extensión y su puente levadizo y la gran masa de altos y frondosos árboles, tiene cierto aspecto original que lo diferencia de todos los restantes de la metrópoli. Ello no obstante es el más descuidado de todos (…) Pero, desde luego no aconsejamos que para evitar el trabajo de rastreo del arroyo, por ejemplo, continúe el rellenamiento de los cauces auxiliares del mismo, rellenamiento efectuado ya, en uno de ellos, con pésimo criterio estético (…) Esta especie de ‘horror’ al agua es la causa inexcusable de que se haya alejado el río de la ciudad y se haya privado a ésta de su espectáculo y agradables brisas” (La Prensa, 16-1-1932).

Dos años más tarde la situación no ha mejorado: “en el lecho fangoso de los canales laterales se acumulan lo desperdicios que arroja el vecindario y que no levantan las cuadrillas de peones municipales (…) y así están las cosas desde hace más de diez años, según las informaciones recogidas en la sociedad de fomento respectiva. En épocas de grandes inundaciones todo el parque y sus adyacencias se convierten en un lago enorme, y las aguas entran en las casas circunvecinas (…) como las puertas de acceso se cierran a las 20, desde ese momento en adelante los peatones que pueden acortar la distancia de su trayecto cruzando derechamente por los caminos del parque, se ven obligados a dar un extenso rodeo. Este detalle adquiere mayor importancia si se recuerda que en los días de lluvia estos peatones deben marchar entre el fango de las calles sin pavimento” (La Prensa, 10-6-1934).

El entubamiento del arroyo Medrano, iniciado en 1938 con la esperanza de que el mismo solucionara los graves problemas que planteaban los asiduos desbordes del arroyo, no sólo no evita este problema sino que trae aparejada la destrucción del hermoso parque. Para realizar el trabajo se decide hacer retornar las aguas al primitivo curso del arroyo, atravesando el parque por su diámetro. Se destruye así su magnífica entrada y todas sus construcciones, dañando árboles y plantas. Concluidas las obras de entubamiento el 14 de marzo de 1946, el parque adquiere su actual fisonomía. (Cutolo Vicente Osvaldo, 1996: 893).

Dado que el Área de Protección Histórica no sólo contendrá al parque Saavedra en cuestión sino un área de 200 metros a la redonda, pues en ese perímetro encontramos el edificio de la fábrica Lanfranconi S.R.L. donde nació la pelota “Pulpo” en 1936, el edificio de la Farmacia Saavedra, actual restaurant “Cosecha”, que tiene más de 100 años en pie y aún conserva su fachada original, el Hogar “Balestra Espíndola – Lea Meller Vack” dependiente del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación en cuya capilla se guarda una imagen de la virgen que, según la tradición oral del lugar, fue la que estuvo en la quinta de San Vicente y rescatada de la Revolución de 1955 y todo el perímetro del parque aún conserva el adoquinado original, el cual es prioritario conservar.

Otro dato que contribuye a los mitos y leyendas de Buenos Aires es la existencia de un túnel que comunica “Villa Vicentina” o la Escuela Técnica N° 21 “Fragata Escuela Libertad” de Núñez 3638 con el parque Saavedra. Si bien es poco comprobable esto, sí lo es la existencia de un largo pasaje que se encuentra en el sótano de la escuela que presenta grilletes en sus paredes. Lamentablemente este sótano ha sido tapiado pero docentes, ex docentes y auxiliares de la escuela pueden dar testimonio de su existencia. Docentes que hasta hace unos años trabajaban en la mencionada institución expresaban que los grilletes fueron utilizados durante una parte del siglo XIX para mantener cómo prisioneros a esclavos negros ya que, eventualmente, podrían escaparse por el mencionado túnel (al que se refiere el mito) hacia el arroyo Medrano y desde allí alcanzar el Río de la Plata obteniendo su libertad. Además este mito urbano también menciona que el túnel fue construído para que los habitantes de esa estancia pudiesen escapar ante la llegada de malones integrados por aborígenes de la zona.

Cuenta Borges que, a fines de los años treinta, asistió a una riña de gallos en las inmediaciones de lo que hoy es el Museo Saavedra (Zito C.A. 1998: 192). Estos recuerdos de Borges confirman la historicidad de muchos aspectos de lo que Marechal noveliza (en “Adán Buenosayres” y “Megafón o la Guerra”). Destaca Borges que sus incursiones en Saavedra eran para visitar a Xul Solar, y de ahí que hayan coincidido en el parque Saavedra.. Sin duda, también Marechal fue protagonista de esas visitas, aunque la selectiva memoria de Borges no lo recuerde. Xul Solar, nacido con el nombre de Oscar Agustín Alejandro Schulz Solari (1887-1963), se establece en Saavedra cuando retorna a Buenos Aires luego de vivir varios años en Europa. Es por entonces cuando toma contacto con los martinfierristas, el grupo reunido en torno a la revista Martín Fierro, que agrupa a Bernárdez, Borges y Marechal, entre otros.

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El Barrio

Abrió la inscripción a la Audiencia Pública para llamar De los Murales al Jardín del Parque Roberto Goyeneche

Está en Besares 4333. El nombre surge de una votación en la comunidad educativa.

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Este viernes abrió la inscripción para participar en la Audiencia Pública que se celebrará el 3 de junio a las 13 en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires (Perú 160) bajo modalidad mixta por la Ley de aprobación inicial (media sanción) para llamar “El Jardín de los Murales” al Jardín de Infantes Integral N° 3 Distrito Escolar N° 15, sito en la calle Besares N° 4333, en el Parque Roberto Goyeneche del barrio de Saavedra.

Este es el enlace oficial por el cual se pueden inscribir los ciudadanos interesados. Hay tiempo hasta el 29 de mayo.

Como informó Saavedra Online, este proyecto fue presentado en julio del año pasado por el entonces jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, en base a una votación de la comunidad educativa.

La defensa de la Ley de aprobación inicial menciona que al comenzar el Proyecto Escuela 2021 “El Nombre como expresión de Identidad” se llevaron a cabo diversas acciones a los fines de concretar la elección del nombre para la institución, por lo que se “acordó trabajar el barrio y el medio ambiente que circunda el establecimiento por lo relevante que resultan para la comunidad educativa, dado que el jardín está rodeado de espacio verde y avenidas”.

Por ello, se exploraron los siguientes recorridos: “El barrio de Saavedra; su historia y personajes de la cultura; el arte urbano que identifica dicho barrio y el medio ambiente que enmarca el predio en el que se encuentra la institución”.

Del proceso surgieron cuatro nombres: “El jardín de los murales” seleccionado por el grupo que investigó sobre el arte urbano característico del barrio; “El sueño de los héroes” elegido por la sala que investigó la historia del barrio y sus personajes; “Jardín árbol del cielo” y “Anidando infancias” que fueron los preferidos por los grupos que se centraron en el medio ambiente que rodea a la institución”.

Finalizado el proceso de selección, resultó ganador el nombre “El jardín de los murales”. Asimismo, tomó intervención la Dirección General Patrimonio, Museo y Casco Histórico dependiente del Ministerio de Cultura no encontrando inconvenientes de tipo histórico para convalidar dicha denominación, suma la defensa.

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El Barrio

Saavedra: Jorge Macri y Patricia Bullrich anunciaron la construcción de módulos de detención en la Comisaría Comunal 12 para frenar la fuga de presos

Con el objetivo de alojar un total de 300 detenidos, también habrá módulos en la Comisaría Comunal 15, de Chacarita; y la Comisaría Comunal 4D, de Barracas. Sumarán 19 módulos en total entre las tres ubicaciones.

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El jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Jorge Macri, junto a la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, anunció medidas para evitar la fuga de presos y la superpoblación en comisarías y alcaidías porteñas. En ese marco, ambos funcionarios informaron la instalación de varios módulos de detención en la Comisaría Comunal 12 de la Policía de la Ciudad ubicada en Goyeneche y Ramallo, en el barrio de Saavedra.

Con el objetivo de alojar un total de 300 detenidos, también habrá módulos en la Comisaría Comunal 15, de Chacarita; y la Comisaría Comunal 4D, de Barracas. Sumarán 19 módulos en total entre las tres ubicaciones.

El GCBA también anunció la construcción de una Alcaidía Central en la zona sur de la Ciudad, en la Comuna 8 (Avenida 27 de Febrero y Cámpora): “Ya se aprobó la primera parte de la licitación para arrancar las obras. Se estima terminarla en un año y con esto se sumarían alrededor de 700 plazas más”.

También se anunció que se retomarán las obras en el Complejo Penitenciario Federal II de Marcos Paz para trasladar a los 1.800 detenidos en la cárcel de Devoto, tal como se comprometió a hacerlas la Ciudad: “Las obras estarán terminadas a finales de 2025 y habilitará 2.200 plazas”.

Se incorporarán alrededor de 2.000 tobilleras electrónicas: “Este mecanismo de rastreo permitirá controlar a los detenidos que están en tránsito y también a aquellos detenidos que tengan arresto o prisión domiciliaria con la garantía necesaria, ya que van a estar monitoreados las 24 horas”.

“Con los módulos, las tobilleras y las extradiciones se recuperarán al menos 600 plazas en comisarías y alcaidías. Ese es el objetivo para los próximos 90 días”, informaron fuentes oficiales.

“En 2023 hubo 41 fugas en la Ciudad. Este año se redujo ese número, aún teniendo un 22% más de detenidos por robo y hurto. Ese aumento de detenidos se debe a un cambio en la actitud de alerta de la Policía de la Ciudad, con la Unidad de Despliegue de Intervenciones Rápidas (UDI), los múltiples operativos de saturación, la fuerte presencia de la Policía Motorizada y la tecnología incorporada”, detallaron en el Gobierno porteño.

“En lo que va de la actual gestión se detuvo a más de 80 delincuentes por día. La cantidad de detenidos supera ampliamente las plazas disponibles, y desde el punto de vista legal no son detenidos comunes sino que muchos ya tienen condena firme y deberían estar en un penal”, agregaron.

“De cada 100 detenidos, 94 tienen causas en la Justicia Nacional o Federal y el 20% tiene sentencia firme, es decir, ya están condenados. Además, hoy en las comisarías de la Ciudad hay 340 delincuentes extranjeros, muchos de ellos con condena. Es necesario que la Justicia pueda acelerar los trámites para extraditarlos. Para poder llevar adelante estas medidas, el Gobierno porteño avanzará en un Decreto de Emergencia edilicia en alcaidías y comisarías”, concluyeron al describir la situación actual.

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La General Paz

Un colectivo atropelló a un ciclista en la colectora de la General Paz: fue trasladado al Pirovano

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Un colectivo de la línea 117 atropelló este jueves por la mañana a un ciclista en la colectora de la avenida General Paz, cerca de avenida Constituyentes y en el sentido al Río de la Plata, en el límite de los barrios de Saavedra y Villa Pueyrredón.

El ciclista resultó herido y debió ser trasladado al Hospital Pirovano, ubicado en la avenida Monroe 3555 del vecino barrio de Coghlan.

En el lugar se hicieron presentes varios patrulleros de la Policía de la Ciudad y personal del SAME.

Según información preliminar, el ciclista herido tenía en su rodado varias cajas para transportar, por lo que se presume que era un trabajador de reparto y no un atleta de los que suele entrenar en los alrededores del Parque Sarmiento de Saavedra.

En tanto, el parabrisas de la unidad de la línea 117 resultó dañado, con los vidrios rotos, lo cual da cuenta de la fuerza del impacto de este siniestro vial.

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