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En primera persona: trabajadores del Hospital Pirovano despiden “un año fatídico”

El 2020 quedó marcado por la pandemia del coronavirus, y el centro de salud más grande de la zona vivió el impacto en carne propia. Una enfermera murió, y decenas se contagiaron, en meses de incertidumbre, angustia y “sensación de abandono”, pero un trabajo que destacan como mancomunado.

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Una vieja tradición periodística invita a elegir en diciembre al “personaje” o personalidades del año. En ocasiones, ello es motivo de debate y discusiones, pero en un 2020 marcado a fuego por la pandemia, no resulta complejo concluir que ha sido el personal de salud, miembro de la primera línea de batalla contra el coronavirus, el colectivo más relevante de la sociedad.

El Hospital Pirovano, ubicado en el vecino barrio de Coghlan, el más grande de la zona norte de la Ciudad de Buenos Aires, vivió en carne propia el impacto de la pandemia. Una enfermera murió a causa del virus, y decenas de trabajadores/as se enfermaron. Mientras tanto, debieron pasar nueve meses de tensión, incertidumbre y un exigente trabajo, en un escenario desconocido y que requirió permanente adaptación.

“Fue un año difícil”, describe en pocas palabras el Doctor Salvador Marando, jefe del Departamento de Medicina del nosocomio situado en avenida Monroe y a la vez presidente de la Filial Pirovano de la Asociación de Médicos Municipales. El facultativo rememora que allá por marzo, se declaró esencial al personal de salud, y eso implicó retirar todo tipo de licencias. “La pandemia nos sorprendió. Hubo que tomar en el hospital, junto a la dirección y los gremios, decisiones rápidas. Se armaron grupos de trabajo para empezar a capacitar a los trabajadores, en todo lo que conocíamos del virus en ese momento”, cuenta. Las mismas incluyeron la forma de vestirse, de colocarse los elementos de protección y la confección de protocolos para atender a los primeros pacientes que, en ese momento de forma aislada, comenzaban a arribar.

“Hubo que refuncionalizar el Pirovano, prácticamente darlo vuelta. Se readaptaron salas para alojar a los distintos tipos de pacientes: sospechosos, positivos leves o terapia. Se instaló la unidad febril para tomar la fiebre y dar la primera atención en la puerta del hospital. Se trasladó el sector de salud mental, hacia el lugar donde está la iglesia”, relata Marando.
Asimismo, fue necesario “cambiar las funciones del personal”. “Los cirujanos debieron ir a trabajar de clínicos y las especialidades clínicas tuvieron que ir a clínica médica a trabajar también en ese sector”, explica. Sumado a ello, en tanto, también se incorporaron más respiradores.

Para el jefe del Departamento de Medicina del Pirovano, la pandemia “lamentablemente puso en evidencia el déficit estructural del centro de salud. “Hay salas de más de 100 años, con muchas camas juntas, baños compartidos, unidades con falta de oxígeno y respiración central, fundamental para estos casos”, detalla el doctor.

“No estábamos preparados en un principio”, dice por su parte Walter Benítez, enfermero. “La salud pública está en crisis hace varios años y la pandemia corrió ese velo. Por ese motivo muchos enfermeros, médicos y psicólogos hicieron amparos para que se los provea en la ART del equipo de protección personal. Fueron muy duros los primeros meses”, manifiesta, y rememora que “en un comienzo había desconocimiento de la forma de contagio y teníamos muchísimo temor”.

Los momentos más complejos

La situación fue empeorando con el correr de los meses. “Se empezaron a enfermar los y las enfermeras, empezó a faltar personal. O se aislaban por contacto estrecho, entonces hubo que hacer cambios de salas. Hubo un momento en que se contagió una gran parte de camilleros, por caso, y los trabajadores, administrativos, secretarios, oxigenistas tuvieron que hacer de camilleros”, revela el doctor Marando. “La situación era desgastante, y se sumaba al contagio de compañeros. Nosotros teníamos que ir a trabajar al otro día con esa incertidumbre”, aporta Benítez.

Ambos coinciden en puntualizar la fecha del pico: julio y agosto, momento que coincide con la mayor cantidad de casos registrados en la Ciudad de Buenos Aires. Con la llegada de pacientes de los barrios populares como el 31 o la Villa 1-11-14, el Pirovano estuvo “a punto de colapsar”, reconoce el jefe departamental.

“Venían de golpe familias enteras, ancianos, chicos. No teníamos cama en ningún lado. Era muy difícil la internación: porque los chicos cursaban la enfermedad leve pero contagiaban, costaba ubicarles un lugar”, narra. Si bien estos vecinos tienen centros de salud más cercanos, se acercaban a Coghlan por no encontrar lugar para atenderse en otros hospitales, lo que muestra la situación de saturación del sistema que vivió la Ciudad.

“Más de 350 trabajadores del hospital se contagiaron. Algunos la pasaron muy mal, muchos fueron internados, o quedaron con secuelas. Y lamentablemente falleció la enfermera Lavallén”, cuenta. El colega de la recién mencionada, Walter Benítez, describe lo complejo que fue para esta profesión a nivel general afrontar la pandemia. Más de 250 fallecieron en todo el país, varios de ellos, conocidos míos”, enfatiza.

La reacción del Gobierno de la Ciudad y la sociedad

Ambos integrantes del equipo del Pirovano acusan con dureza al Gobierno de la Ciudad por el trato recibido en estos meses. “Nos sentimos solos, las autoridades no han valorado nuestro esfuerzo. Falta acompañamiento: solo una vez vino el ministro de Salud. Tampoco hay reconocimiento: hemos tenido riesgo de morirnos, de enfermarnos, y la oferta salarial es insuficiente”, cuestiona Salvador Marando. En ese sentido, hace foco en la “falta de visitas” de funcionarios o legisladores, salvo un fugaz paso del ministro Fernán Quirós. La excepción, afirma, fue el Defensor del Pueblo Alejandro Amor.

Asimismo, Benítez recuerda el “criterio autoritario” de la gestión de Horacio Rodríguez Larreta, que no permite que sean reconocidos los enfermeros como profesionales en el equipo de salud, lo que impacta en las horas de trabajo y servicio. “Tenemos todas las obligaciones que el resto, pero no los mismos derechos. Ningún hospital puede funcionar sin enfermeros”, dice al respecto.

El balance también tiene ambigüedad al analizar la respuesta de la sociedad a la indispensable labor médica en la pandemia. “Nos sentíamos medio raros, en cierto punto abandonados. Nos aplaudían a las 9 de la noche, pero luego se nos daba la espalda al no cuidarse”, describe el jefe del Departamento de Medicina del Pirovano, quien advierte sobre los riesgos de la segunda ola.

Trabajo mancomunado, lo positivo

“Hemos hecho un gran sacrificio. Nosotros dábamos los informes a los familiares de los pacientes internados con Covid desde nuestros celulares, porque no nos proveyeron de teléfonos. O escribíamos los mails con la evolución en las computadoras de nuestras casas. Ha sido un trabajo 24 horas x 7 días, sin descanso. Tuvimos momentos de angustia, o la tristeza de llorar a compañeros de trabajo. Fuimos discriminados, y colegas han tenido que mudarse por ser hostigados por los vecinos, creyendo que llevábamos el virus a los edificios”, lamenta el doctor Marando.

“Fue un año atípico para nuestras vidas, profesional y familiar. Son 9 meses, no somos robots y nos cansamos. Hay que pensar la dinámica de cambiarse, ponerse camisolín, doble barbijo, gorro, antiparra, guantes. Suspendimos cumpleaños y las celebraciones fueron austeras”, describe el enfermero Benítez.

“Lo más destacable fue el trabajo mancomunado. El recurso humano trabajó en conjunto, desde la Dirección hasta todos los y las trabajadoras del Pirovano”, aporta el facultativo. El final del 2020 los encuentra expectantes por la aplicación de la vacuna, que comenzó a darse en el centro de salud de Coghlan esta semana para el área de terapia intensiva, bioquímicos que trabajan con las muestras de Covid y trabajadores de unidades de servicios.

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Recuperaron en Villa Urquiza la placa de doble platino que un matrimonio le robó al productor de María Becerra

El arrebato se produjo el 22 de abril en el Aeropuerto de Ezeiza. La pareja tomó la placa aprovechando que el productor la había olvidado en un carro de equipaje.

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La Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) allanó este miércoles pasado el mediodía un domicilio ubicado en la calle Franklin D. Roosevelt, en el barrio de Villa Urquiza, en el cual vive un matrimonio que el 22 de abril le robó en el Aeropuerto de Ezeiza a un productor musical la placa que Warner Music entregó a la cantante María Becerra para celebrar el doble disco de platino por las ventas de su álbum “Corazón Vacío”.

En junio del año pasado, Becerra había presentado canciones de este disco con un show exclusivo en el DOT Baires Shopping del barrio de Saavedra, como informó Saavedra Online.

El 22 de abril de este año, el productor de Becerra había descargado su equipaje, lo había colocado en su auto, pero olvidó la placa en uno de los carros de transporte en los pasillos del aeropuerto.

El marido observó la situación y tomó la placa, la colocó entre sus pertenencias y con su mujer se marcharon de la terminal en auto.

Tras la denuncia, la fiscal Florencia Belloc, secretaría de Federico Ricart, de la UFI N°1 Descentralizada de Ezeiza, ordenó medidas a la PSA para dar con la valiosa distinción, indicó Infobae.

Se utilizó el número de patente del auto del matrimonio para dar con el domicilio de Villa Urquiza.

Una vez autorizado el allanamiento, la PSA requisó el departamento y logró dar con la placa, la cual fue devuelta a la cantante.

El hombre fue imputado por el delito de “apropiación de cosa perdida”. Se informó que trabaja en la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) de las Fuerzas Armadas.

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La Comuna

Ampliarán la guardia del Hospital Pirovano

El proyecto contempla intervenir el Pabellón de la Guardia actual, la sala de gases medicinales y el área del Bar “que se encuentra desactivado”. Se extenderá 390 días y contará con un presupuesto inicial de $ 2.201.494.626,17.

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El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, por medio del Ministerio de Salud, hizo un llamado a licitación pública para contratar la obra “Ampliación Guardia en el Hospital General de Agudos Dr. Ignacio Pirovano (Monroe 3555)”, el principal efector público de salud en la Comuna 12 y alrededores. Cuenta con un presupuesto inicial de $ 2.201.494.626,17.

“La obra se ejecutará en 3 etapas, de manera tal que no se vea afectado el funcionamiento normal de la Guardia”, aclaran en el GCBA. “El plazo máximo de ejecución para la presente obra es de 390 días corridos contados a partir de la fecha del Acta de Inicio de Obra”, indica la documentación oficial. La apertura de ofertas se celebrará el 3 de mayo en la sede del ministerio a cargo de Fernán Quirós.

En la Memoria Descriptiva de la licitación se menciona que la Dirección General de Recursos Físicos en Salud ha elaborado el proyecto de referencia a fin de “dar respuesta a los requerimientos planteados por las autoridades del Ministerio de Salud y del Hospital General de Agudos Dr. Ignacio Pirovano en cuanto a la necesidad de ampliar la capacidad y mejorar el funcionamiento de la Guardia, interviniendo el Pabellón de la Guardia actual, la sala de gases medicinales y el área del Bar que se encuentra desactivado”.

“El alcance de los trabajos comprende Obras de Ampliación y Remodelación Integral incluyendo obra civil y la totalidad de las instalaciones. Se amplía superficie sobre la actual sala de gases medicinales, la azotea del bar con la incorporación de una nueva sala de máquinas y un sector de la circulación interna del hospital. La remodelación integral abarca toda la superficie existente del bar, así como también parte del pabellón de la Guardia”, indican fuentes oficiales.

La propuesta arquitectónica contempla las siguientes intervenciones: Transformación del Bar en una nueva sala de observación para el Servicio de Guardia, contando con una enfermería, office usado/limpio, sala de informes médicos, chatero, sala de tableros. Incorporación de una habitación de aislado, a partir de la remodelación de una de las salas de observación existentes. Ejecución de una nueva escalera de emergencia que conecta los dormitorios de médicos, ubicados en el primer piso, con la planta baja. Traslado de la oficina del jefe del servicio y las modificaciones de las conexiones entre los diferentes edificios.  Readecuación completa de las áreas críticas, abarcando el shockroom y una sala de observación para pacientes críticos con 4 camas.

“Esta propuesta permite tener una totalidad de 13 camas, de las cuales 8 son de cuidados intermedios, 4 de cuidados intensivos, y 1 habitación de aislado. La superficie cubierta total de intervención es de 322,70 m², de los cuales 244,00 m² son de remodelación integral y 78,70 m² de ampliación; mientras que las áreas descubiertas y semicubiertas abarcan una superficie de 93.55 m2”, detalla el GCBA.

Se desarrollan de la siguiente manera: Sala de Observación y Áreas Complementarias: 8 Camas de Observación (aprox.6.5 m2 c/u), 1 Baño para pacientes, 1 Enfermería, 1 Office Limpio/Usado, 1 Sala de informes médicos, 1 Chatero. Habitación de Aislado 1 cama, 1 Baño, Antecámara. Shockroom. Observación Crítica 4 Camas. Depósito de Equipos. Ampliación Acceso y Oficina de jefe de servicio. Nueva Escalera (con depósito). Salas de Máquinas: Sala de Compresores, Sala de Bombas de Aspiración, Sala de Tableros, Sala UPS. Superficie descubierta y semi cubierta Acceso a Guardia, Azoteas.

La obra se ejecutará en 3 etapas, de manera tal, que no se vea afectado el funcionamiento normal de la Guardia:

  • ETAPA 1 (PB y Piso 1) (Plazo: 240 – doscientos cuarenta días corridos) SUPERFICIE: 231.85 m². cubiertos Comprende la ejecución de la sala de observación con sus áreas complementarias, habitación de aislado, escalera, sala de máquinas de gases medicinales y tableros en azotea.
  • ETAPA 2 (PB) (Plazo: 120 – ciento veinte días corridos) SUPERFICIE: 69.60 m². cubiertos Comprende la remodelación de la sala de Observación de Críticos y Shockroom.
  • ETAPA 3 (PB) (Plazo: 30 – treinta días corridos) SUPERFICIE: 21.25 m². cubiertos Comprende la ejecución de Depósito de equipos y oficina de jefe.
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Casi 9.000 estudiantes de la Comuna 12 se inscribieron al Programa “Ayuda Cuota Escolar”

Para solicitar o aplicar al beneficio hay tiempo hasta el 20 de mayo, informó el GCBA.

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El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires informó que más de 100.000 estudiantes ya están inscriptos en el Programa “Ayuda Cuota Escolar”, que “brinda un beneficio para las familias que envían a sus hijos a las escuelas privadas de la Ciudad que reciben aportes del Estado”. La Comunas 12 (Coghlan, Saavedra, Villa Urquiza y Villa Pueyrredón) cuenta con 8.981 inscriptos.

“Durante tres meses (mayo, junio y julio), esas familias van a ver reflejado un descuento en la cuota de hasta $ 30 mil, dependiendo del porcentaje de aporte que reciba su institución”, detallan fuentes oficiales.

“Vamos a asistir a las familias pero también a las escuelas. Y haremos todo lo que esté a nuestro alcance para que ninguna escuela cierre. Cada escuela que cierra es una herida que queda en el barrio, en la historia, en los niños y las familias que se educaron”, dijo el jefe de Gobierno, Jorge Macri.

La inversión estimada de la medida por tres meses es de entre $ 11.000 y $ 12.000 millones y abarca a 212 mil alumnos de los tres niveles educativos obligatorios de 854 escuelas que reciben algún aporte del Estado, señala el GCBA y agrega: “Una familia tipo de dos hijos recibirá por el beneficio entre $ 19.000 y $ 60.000 por mes, dependiendo del aporte total que tenga su escuela”.

Hasta el momento, entre los 100.240 anotados, la Comuna 9 (Liniers, Mataderos y Parque Avellaneda) es la que más tiene, con 9.519 alumnos. De ese total, 1.389 perteneces al ciclo inicial, 4.612 al primario y 3.513 al secundario. La Comunas 12 (Coghlan, Saavedra, Villa Urquiza y Villa Pueyrredón), con 8.981 inscriptos, y la Comuna 11 (Villa General Mitre, Villa Devoto, Villa del Parque y Villa Santa Rita), con 8.706, son las que completan el podio.

Para solicitar o aplicar al beneficio hay tiempo hasta el 20 de mayo, y las familias deberán ingresar a https://buenosaires.gob.ar/educacion/ayudacuotaescolar para completar un formulario con los datos del o los estudiantes y de la escuela a la que asisten.

“El beneficio no tiene restricciones por cantidad de hijos. El Gobierno de la Ciudad le transferirá a las escuelas los importes del beneficio, para que sean usados únicamente para cubrir los aranceles”, concluyen en el Gobierno porteño.

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