

Cartas de lectores
Al pueblo yankee: Saavedra es la esperanza del norte, arrabal, tango, murgas, arroyo y parques
Contestación del Lic. Hugo M. Campos al artículo de Ana Orfano sobre el barrio de Saavedra publicado por el diario La Nación.
Ante la nota titulada “Saavedra crece inspirado en la estética neoyorquina”, publicada en el suplemento Propiedades del diario La Nación del día sábado 29 de septiembre del corriente, me permito disentir completamente con dicho artículo y con las declaraciones de los entrevistados. Si bien es esperable de un suplemento de marketing inmobiliario dar a conocer las bondades de un territorio para hacerlo atractivo, difundir datos no muy precisos no es correcto.
Cuando se hace referencia al “costumbrismo de un barrio típico de la ciudad de Buenos Aires” como una fortaleza para su alza en materia de emprendimientos inmobiliarios, son, precisamente esos emprendimientos, los que están desplazando y extinguiendo al “costumbrismo” de Saavedra y venden la ilusión de un barrio con parques, plazas y Sol, pero al generar alta gentrificación en un barrio de casas bajas donde hace 70 años atrás Leopoldo Marechal se encontró con “una región fronteriza donde la urbe y el desierto se juntan en un abrazo combativo, tal dos gigantes empeñados en singular batalla. Saavedra es el nombre que los cartógrafos asignan a esa región misteriosa (…)”, se generará una mayor aglomeración en los espacios verdes y por lo tanto menos disfrute, los autos colapsarán sus calles, y la “belgranización”, que ya mató al otrora “tradicional barrio de Villa Urquiza”, con sus edificios tapa el rostro de Inti lentamente y nos sumirá en una sombra de tristeza perpetua.
El señor Hernán Siwacki asigna al desarrollo la influencia del corredor Donado – Holmberg y dice: “Eran lugares muy feos, abandonados al desarrollo de todo tipo”. Parece que Hernán no conoce la trágica historia de la ex AU3 proyectada por el dictador intendente Cacciatore donde se despojó de sus viviendas a vecinos, quienes en muchos casos sufrieron depresión por el desarraigo o peor aún, fallecieron de tristeza. Hasta se eliminó el antiguo “Mercado de Saavedra” ubicado en Av. Del Tejar y Donado. Cuando en 1995 se intentó nuevamente avanzar hacia el proyecto de reflotar la autopista que nos dividiría, los vecinos, nucleados en la Mesa de Instituciones de Saavedra, conseguimos llegar al mejor punto medio posible para beneficio de la circulación automotor y generación de espacios verdes para la Ciudad. Así nació la Av. Parque Roberto Goyeneche durante el gobierno de De la Rúa. También la extinta “Asociación de Vecinos de Drago” pedía la extensión de dicha avenida desde Av. Congreso hasta Av. De Los Incas generando un paso bajo nivel en la estación Luis María Drago para agilizar el tránsito desde la Av. Monroe hacia el Acceso Norte. No sólo no se llevó a cabo esta visionaria propuesta sino que, como burla hacia las víctimas de Cacciatore, se volvieron a lotear esos terrenos para “ponerlos en valor” y construir allí el actual “Barrio Donado – Holmberg”, privatizando hasta el subsuelo, y en su avance se robaron la plaza “Paseo de la Paz” y su monumento ubicado en Monroe y Holmberg. Todo esto realizado de un modo no muy trasparente en la presentación de los oferentes de las propuestas luego desarrolladas. Vale aclarar que la “Asociación de Vecinos de Drago” tenía un proyecto superador hasta para los habitantes ilegales de esa parte de la traza.
El señor Antonio Pecora es otro de tantos que estigmatiza al barrio Presidente Mitre (al menos lo cita apropiadamente y ni lo confunde con el barrio Villa Mitre ni lo menciona despectivamente) por su pasado no muy feliz, es en la actualidad un lugar donde su comunidad se esfuerza para mantener los logros conseguidos por sus propios vecinos en la drástica disminución de la tasa de delincuencia. Luego pasa del Barrio Mitre al boulevard de la Av. Parque García del Río donde, a la vera misma del arroyo Medrano, se han construido enormes y antiestéticos edificios que rompen completamente con el diseño de un barrio cuya identidad es ponderada por los mismos desarrolladores que la destruyen. Y sí, el Medrano es el que ocasionó la inundación del 2 de abril de 2013 y además de producir grandes daños materiales a esos frentistas de la Av. Parque García del Río (devenida en cementerio de autos de cocheras subterráneas) causó la muerte de 6 vecinos.
Ana Orfano o alguno de los empresarios entrevistados jamás han leído algo de la historia barrial, ya que cometen el gravísimo error de informar a los lectores sobre la creación del barrio durante el gobierno de Perón, cuando esto nunca fue así. Los invito a buscar un poco de la historia de creación del barrio o bien recurrir a su Junta de Estudios Históricos para conocerla porque como sí dijo Perón: “la única verdad es la realidad”.
El Grupo Chomer parece ser muy bueno en copiar y pegar el estilo yankee, pero por más que “Brooklyn Arias” tenga una estética muy cuidada, será para un neoyorquino porque ni por asomo se han inspirado en respetar el entorno barrial y para peor destacan que tendrá “mucho hormigón”, justamente en un barrio que se caracterizó siempre por sus casas con jardines o patios con muchas plantas, bien abiertos y ventilados. En lo único que acertaron fue en mantener la baja densidad y baja altura. Del mismo modo Buenos Aires Flats construirá sobre las ruinas que dejó de la vieja mueblería Ricci otro émulo yankee: “Flatiron”. Me pregunto este o el otro edificio ¿incluye a Spiderman o a alguno de Los Vengadores? Realmente edificios tan porteños como el impuesto Halloween. Con el crecimiento poblacional previsto, las palabras de Hernán Siwacki sobre que el Flatiron está pensado para una esquina muy particular, a futuro tendrán más comparación con el cruce de Shibuya en Tokyo que con Manhattan.
Como consecuencia del gran aumento de personas en el barrio a raíz de la construcción de edificios, los parques y plazas quedarán cada vez más chicos y esta situación empeorará aún más con este aumento de edificios en Saavedra. A esto se agrega la pérdida de los jardines particulares que, sumados en superficie, dan una cantidad nada despreciable de superficie verde absorbente y mitigadora de la isla de calor urbana.
Cuando Siwacki dice que es una buena opción para vivir para familias jóvenes, también hay que decir que las familias en sí mismas son víctimas de las rivalidades individualistas que promueve el capitalismo. En una cultura de consumo individualista, la pareja a menudo se percibe como un objeto, igual a cualquier otro, del que uno se separa cuando ya no lo satisface. Se suma el impacto ecológico ya que los divorcios aumentan la demanda de viviendas y estimulan el consumo material de bienes naturales escasos. Un estudio de la Universidad de Michigan (Yu, Eunice y Liu, Jianguo, “Environmental impacts of divorce”, Proceedings of the National Academy of Sciences, 3 de diciembre de 2007) demostró que el divorcio contribuía a la expansión urbana, al multiplicar las viviendas (Kempf, 2010).
El señor Pécora hace un vaticinio, o más bien una expresión de deseo, o ambas, cuando indica que el Barrio Mitre “quedó muy concentrado, rodeado de emprendimientos grandes (…). A la larga los emprendimientos se lo van a llevar por delante”. Esto es una muestra de la perversidad del capitalismo ya que para Veblen la economía está dominada por el principio de la propensión a la emulación y ostentación y así se atrae hacia arriba el consumo general, empujando a los demás a imitarlo. Luego se genera frustración, pues, en este caso, los vecinos del Barrio Mitre (pero también del resto de Saavedra) no podrán lograr comprarse una vivienda tan sobrevaluada y así se concreta el siguiente paso: la expulsión. Pero ya no sólo a los vecinos de este subbarrio, sino que el avance edilicio traerá un cambio en la fisonomía general, sumado al abarrotamiento de gente desinteresada por la idiosincrasia y pertenencia al lugar y la revalorización del terreno los llevará a vender sus propiedades para continuar ese círculo vicioso.
Cuando la nota cierra nuevamente ponderando “el privilegio de contar con dos parques a 15 cuadras de diferencia”, se debiera considerar que en la cultura occidental actual el ciudadano se pasa la mayor parte de su vida en un lugar cerrado, va de su auto a la oficina climatizada, hace las compras en supermercados sin ventanas, lleva a sus hijos a la escuela en auto, se distrae en su casa a solas con el televisor, computadora o “play”, etc. Las clases influyentes están aún más aisladas de su entorno social y ecológico que los resguardan del contacto con la sociedad. Por eso minimizan los problemas, de los cuales sólo poseen una representación abstracta. En cuanto a quienes están confrontados con los problemas sociales y ecológicos de la crisis en curso (pobres, habitantes de asentamientos precarios de todo el mundo y trabajadores esclavos) no tienen voz ni voto (Kempf, 2007).
En un avanzado siglo XXI, donde la crisis climática es un hecho y estamos a las puertas de su colapso, suenan anacrónicas ya el tipo de proyectos que se venden, donde no se compatibiliza arquitectura bioclimática, uso de materiales ecológicamente sustentables, reuso del agua de lluvia y por sobre todo un sabio uso del Sol como fuente de calor y energía, entre otros, es que las nuevas construcciones debieran respetar la condición arrabalera y alentar un uso verdaderamente racional de materiales y energía, ya que así sólo seguimos profundizando la sexta extinción masiva ocasionada por nuestra especie a causa de la búsqueda de un crecimiento insosteniblemente constante.
Saavedra se abrirá paso como una opción en el corredor Norte pero a costa de expulsar a los históricos vecinos que sí verán nostálgicos como se perderá la esencia barrial y se materializará aquel panfleto del primer remate de tierras que rezaba: “Pueblo Saavedra – La Esperanza del Norte – Al Pueblo Yankee (…)” y de fondo sonando un Goyeneche que se quedará sin los adoquines de su barrio tapados por un oscuro asfalto cual tinta de calamar.

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Anónimo
17 de octubre de 2018 at 17:10
muchos de los que vivimos y nos criamos en Saavedra nos identificamos con la impronta de Barrio que esta descrita en la nota.
Seria interesante que llegara a todos los nuevos vecinos del barrio para que se visibilice la otra cara…. sin historia y respeto cultural, cualquier barrio esta destinado humanamente al fracaso.
Noelia
17 de octubre de 2018 at 10:15
Excelente nota, excelente redacción. Gracias por poner en palabras la contracara de la falacia de La Nación ? bravo!!
Patricia
14 de octubre de 2018 at 07:51
Es muy interesante ver la cantidad de comentarios que motivó está nota. Ello demuestra un gran interés en el tema porque denota preocupación, una preocupación que indica que algo no está bien.
Si no alcanza que se alcen las voces, las reuniones con el jefe de gobierno, los encuentros con los comuneros, deberán los vecinos entender, finalmente, que las soluciones han de ser otras y para ello otros caminos también.
Anónimo
14 de octubre de 2018 at 00:59
Todo gracias a los cosejales ,Mau y Larrota que cuanta.mayor superficie exista mas impuestos recaudan para fabricar mas baches por que para otra cosa no sirven , cada cual asciende hasta su grado de incapacidad.
Anónimo
13 de octubre de 2018 at 12:58
Excelente, Hugo. Sos la voz portadora de todos/as quienes asistimos con preocupación a esta masacre que le están haciendo al barrio.
Tito Visciglia
13 de octubre de 2018 at 11:25
Muchas gracias Sr. Hugo Campos por poner en letra clara el pensamiento de gran parte del grupo Vecinos x Saavedra que integro. Solamente hacer notar que tierra fértil para alentar estos despropósitos enunciados es la deliverada pauperizacion de la educación ciudadana. Ha sido un gusto leer y reflexionar sobre la nota que nos ha brindado saavedraonline. Muchas gracias nuevamente.
Anónimo
13 de octubre de 2018 at 11:09
Me gusta la nota, y aunque el lenguaje me resulta un poco rebuscado comparto la idea de que el crecimiento desproporcionado solo agotará el funcionamiento de las cloacas hasta que los deshechos escatológicos nos tapen. Para la persona q se queja de que no hay nada o es caro, ok mudate si no te gusta. Tambien defiendo el barrio Mitre. Desde muy chica comparti con gente del lugar. Entiendo que como todo se deterioró, tambien le tocó al barrio pero es loable el esfuerzo que muchos de sus habitantes realizan para alejar la droga y el delito. A los calamares, diviertanse sin destruir. Al resto Aguante Saavedra, no es para entenderla, es para quererla.
Jorge H. Salini
13 de octubre de 2018 at 10:51
Estoy muy de acuerdo con este articulo, pero seria mucho mejor articulo si no tendria carga politica alguna. Es una lastima,tantas verdades empañadas por una posicion politica. Lo invito al autor a tomar un cafe y cambiar opiniones sobre nuestro querido SAAVEDRA. Abrazo …[email protected]
Eugenio Costa
13 de octubre de 2018 at 10:38
excelente Lic. Hugo M. Campos. Que bueno es, que alguien con tanta visión nos oriente. Realmente me abriste los ojos que el “mercado” me cierra. Gracias.
María
13 de octubre de 2018 at 10:34
A mis 84 años y 75 viviendo en la zona, al leer esta nota se me cae un lagrimón. Hace tiempo que un familiar mío decía… “ya no me gusta el barrio… se parece cada vez más a Recoleta…” Pero creo que todo será en vano: los vecinos de SAN TELMO (donde nací) no pueden evitar la demolición de casas históricas para que en su predio se levante una torre!
Adela
13 de octubre de 2018 at 09:49
EXCELENTE NOTA.
Me gustaría que la enviaran al correo de lectores de La Nación.
Nada me asombra sobre lo que pueda llegar a publicar ese medio, historicamente genuflexo de la oligarquía local, cipayo y cómplice de genocidas.
Me suscribí hace poco a Saavedra on line. GRACIAS por mantenernos informados acerca de nuestro querido barrio.
ludovico
13 de octubre de 2018 at 09:18
Excelente nota poniendo de manifiesto como se esta destruyendo el barrio, con todas estas bestialidades que se realizaron y se siguen realizando en el.
Y a los dos comentaristas, anónimos por que me debería sorprender, que se muden si no les gusta. Los que vivimos desde antaño y varios de los que eligieron posteriormente la zona lo hicieron por sus múltiples espacios verdes y la tranquilidad imperante en el mismo, azotadas hoy en día por los típicos especuladores inmobiliarios de toda la vida.
Arquitecto
13 de octubre de 2018 at 09:12
Buenísima la nota! Identidad barrial y resistencia que sale por los poros, abrazo.
Patricia
13 de octubre de 2018 at 08:56
La interesante nota del licenciado me llevó a buscar y leer la nota aludida. https://www.lanacion.com.ar/2176656-el-barrio-crece-impulsado-desarrollo-del-corredor
Realmente falta a la verdad pero no por torpeza o desconocimiento sino porque está en la misma línea de la política de los últimos años donde toda CABA es un emprendimiento inmobiliario a costa de lo que sea.
En concordancia también con las “notas” de dicho periódico que disfrazan verdades pretendiendo hacer creer a sus lectores cosas como “las bondades del bofe”, “la conciencia ecológica en la vuelta a los pañales de tela” o “las modas de departamentos minúsculos, vacaciones compartidas, ropa usada”, etc, etc.
Sin duda que Saavedra online, a diferencia de La Nación, sí hace periodismo.
Anónimo
13 de octubre de 2018 at 08:34
Mantener que? Un barrio que ni centro comercial tiene. Cada vez que necesito algo tengo que agarrar el auto e ir a Villa Urquiza, Belgrano, Núñez o Vicente López. Porque luego de recorrer el barrio, acá no hay o me asaltan con el precio.
Patricia
13 de octubre de 2018 at 08:28
¡Bravo! Es una espléndida nota porque es absolutamente fidedigna.
Me permito hacer una sugerencia al Lic. Hugo Campos, ojalá se la puedan hacer llegar, sería muy bueno que envíe la nota al correo de lectores de La Nación para que sus lectores puedan conocer no “la otra campana” sino la verdad del barrio. Saludos.
Anónimo
13 de octubre de 2018 at 04:54
La eterna queja…chan chan
Diego
13 de octubre de 2018 at 01:37
Excelente nota, Hugo. Y pensar que algunos llaman a esto “progreso”. Habrá que ver cómo resistir el avance, que por cierto de avance no tiene nada.